La abdominoplastia, también conocida como “tummy tuck,” es un procedimiento quirúrgico utilizado para quitar piel y grasa excedentes de la región abdominal media y baja (cirugia del abdomen), y para tensar los músculos de la pared abdominal. La abdominoplastia no debe considerarse un sustituto para la pérdida de peso.
Una Abdominoplastia o tummy tuck casi siempre se realiza bajo anestesia general, pero puede realizarse también con anestesia local, junto con una sedación intravenosa, o anestesia general, dependiendo de su salud, la magnitud del procedimiento de abdominoplastia y si usted se está realizando otros procedimientos al mismo tiempo. Algunos cirujanos cosmeticos realizan la abdominoplastia en centros quirúrgicos ambulatorios, pero la mayoría prefieren ámbitos de hospital, donde se pueden recuperar durante la noche. Una abdominoplastia usualmente toma entre dos y cinco horas, dependiendo de la cantidad de trabajo requerida. Una abdominoplastia parcial puede tomar entre una y dos horas.
Una Abdominoplastia o tummy tuck no es una alternativa para la pérdida de peso. De hecho, muchos cirujanos matriculados le sugerirán alternativas a los pacientes que estén un 15 por ciento por encima de su peso ideal. Los mejores candidatos para una abdominoplastia son aquéllos que se encuentran relativamente en buen estado pero que les molesta algún depósito de grasa grande o la piel abdominal caída que no responde a la dieta o al ejercicio. Las mujeres que a través de varios embarazos han estirado sus músculos abdominales y su piel más allá del punto en el que pueden regresar a lo normal son buenas candidatas para este procedimiento, al igual que los pacientes más grandes que han sufrido una pérdida de elasticidad en la piel.